miércoles, 14 de octubre de 2009

La prensa en Republica Dominicana




INTRODUCCION



El papel que adopto la prensa durante la ocupación haitiana (1822-1844), periodo en el que solo existían ocasionales brotes literarios, quedaron olvidados los anteriores intentos de hacer prensa en nuestro país debido a las normas tiránicas y autoritarias que cohibían en gran manera al pueblo dominicano de hacer uso del sagrado derecho de la libertad de palabra.


Sin embargo, a pesar de la opresión y el peligro los dominicanos no dejaron de hacer uso momentáneo de ciertos medios de publicación tanto manuscritos, impresos y clandestinos para manifestar sus ideas inconformistas, los cuales alcanzaron gran auge.












La ocupación haitiana inició el 9 de febrero de 1822, con la entrega de las llaves de la ciudad a Jean Pierce Boyer, quien gobernó hasta 1843, año en que fue derrocado por el movimiento llamado La Reforma, desde entonces, hasta el 27 de febrero de 1844, donde culminó la invasión con la proclamación de la independencia, estaba al mando Charles Rivera Herard.

Eran días donde la gente no pensaba en recreaciones periodísticas, sino que se inclinaba a guardar su seguridad personal y la de sus bienes. Al igual que muchas otras actividades del país, el periodismo vivió sus días más grises. No se conoció el periodismo en la parte oriental de la isla, aunque tampoco del otro lado de la isla hubo un florecimiento periodístico.

“El Telégrafo Constitucional” de 1821 realizado por Antonio Maria Pineda y “El Duende” dirigido por José Núñez de Cáceres quedaron olvidados en aquellos 22 años. El pueblo dominicano no solo se vio privado de la libertad de imprenta sino de la imprenta misma; el presidente Boyer castigaba con mano dura a los que pretendían hacer uso del derecho de la libertad de palabra, mucho menos escrita.

La primera victima de ellos resulto ser, el periodista Darfour por crimen de opinión. Para el mandatario no existía diferencia entre haitianos y dominicanos, ejemplo de esto, fue el caso ocurrido con los diputados haitianos Herard sumesle de los Cayos y David Saint Prex de Aquino quienes fueron expulsados de la cámara de diputados en 1832, por oponerse al gobierno desde la tribuna y la prensa.


Sin embargo, a través de la opresión y el peligro, los dominicanos no dejaron de hacer uso, a ratos, de ciertos medios de publicaciones para manifestar sus ideas inconformistas desde antes de 1844. Se valían de hojas clandestinas y anónimas, manuscritas o impresas, algunos circulaban una sola vez, tenían encabezados con títulos llamativos, algunos muy largos y su contenido corrosivo y punzante era siempre humorístico.

Esas hojas clandestinas surgieron como órganos de expresión y desahogo y a la vez de propaganda de los partidos políticos, ya que después de la desaparición de “El Telégrafo constitucional” y “El Duende” en julio de 1821 transcurrió un periodo de catorce años sin ninguna manifestación de la “prensa” dominicana. El primer pasquín manuscrito conocido hasta ahora en santo domingo se tituló “El Dominicano Español”, escrito por José Maria Serra, con letra descifrada y distribuido clandestinamente a altas horas de la noche, no solo en la capital sino en San Cristóbal, Bani y Azua, para comitar a la revolución. Su primer ejemplar se remonta al 17 y 18 de diciembre de 1834, o quizás a los días iniciales de enero de 1835. Tuvo una segunda época en 1837 que contó con la colaboración de Juan Pablo Duarte.

“El Dominicano Español” encontró también un oponente en otra hoja de nombre “La Chicharra” vocero que circulo de manera impresa lo que revelo la identidad de su autora la señora Manuela Rodríguez “La Deana”, (llamada así por ser hija del Canónigo doctor José Gabriel Aybar Sánchez y Prieto, quien ocupaba la dignidad de Deam en el Cabildo de a santa Iglesia Catedral Metropolitana de Santo Domingo) quien poseía una pequeña imprenta y era simpatizante ferviente de los haitianos. El debate entre ambos manuscritos de puede decir que inauguró en la historia dominicana el genero del periodismo de opinión.


Algunas de las publicaciones como “La Chicharra” afectaban la causa separatista ya que reseñaba pistas que llamaban la atención de los opresores, y conseguían así poder conseguir los cenáculos de los patriotas. Un caso particular  fue cuando denuncio varios nombres de patriotas del movimiento separatista, desatando así la persecución violenta de la autoridad haitiana, teniendo que abandonar el país, el fundado de la republica y otros seguidores para salvar sus vidas.

En la década de 1840 adjunto del crecimiento de la lucha independentista se dio el auge de publicaciones clandestinas manuscritas o impresas.

En 1842, Manuel Maria Valencia publico un opúsculo intitulado “La verdad y nada mas” que hacia comentario heterodoxo con e pretexto de que ellos se dirigían, no a Haití sino al absolutismo de Boyer. Valencia llego a ser el co redactor del periódico “El Dominicano”.

Después de realizada la reforma de 1843, circularon hojas de tendencias nacionalistas como “El Grillo dominicano” de Juan Nepomuceno Tejera, afiliado a la sociedad “La Trinitaria”. Dicha hoja era manuscrita, anónima y clandestina como las demás, mezclaba el humorismo con el sentimiento patriótico. Hubo varias publicaciones con el mismo nombre, pero esta tuvo una segunda etapa ya impresa, con el fin de reivindicar su glorioso pasado y protestar contra la familia de los nuevos Grillos que habían usurpado su nombre y su lenguaje para apoyar la reacción de Santana e injuriar y difamar a los patriotas liberales o duartista.



“El Alacrán sin Ponzoña”, hoja impresa aparecida en 1843, tenia carácter revolucionario; servia como vocero de los independentistas para defenderse de los alegatos de los contrarios quienes buscaban ridiculizar y desprestigiar a los trinitarios a través de versos sarcásticos y prosas impetuosas.

El 16 de enero de 1844 fue redactado por Don Tomas Bobadilla y Briony la manifestación de los pueblos de la parte este de la isla, en la que se enunciaba la causa de la separación de la Republica Dominicana. Esta manifestación seria la ley que regiría la republica recién proclamada que se promulgara la constitución.   

La sociedad de patriotas “La Trinitaria” que se fundo el 16 de julio de 1838 para dar expresión al sentimiento nacional que ya clamaba la liberación del yugo haitiano, no tuvo a su disposición como medio de propaganda y proselitismo sino la comunicación personal y la correspondencia enviada con propios de confianza.    

Además de las citadas anteriormente se encuentran muchas más, pero ya después de la proclamación de la republica donde inicia una nueva era de libertad y abundaron aun más las hojas sueltas.

Uno de ellos fue el “Eco Dominicano” de abril de 1844, en forma de hoja volante,  firmado con el seudónimo: Un Dominicano, y con el siguiente pie de imprenta: SANTO DOMINGO, Imprenta Nacional. Su contenido se refería a las actividades palpitantes de la guerra separatista y en todo el escrito resalta un humorismo entusiasta y esperanzador. Combatió eficazmente las maliciosas noticias de la prensa haitiana que era distribuida en la isla del archipiélago.

“El Grillo Dominicano y Familia” es el titulo de otro curioso periódico de dos paginas y que tiene esta fecha: 14 de marzo de 1845 y que hablaba de un proyecto arancelario.

También, “Catorce  Preguntas”, impreso de abril de 1844, Don Cayetano Atayala, del que se conocen dos ediciones una del 26 de septiembre y otra del 10 de octubre del 1845 y firmada por Martín Martínez, “Al Grano siempre Al Grano”, sin fecha firmado por J. M. Filorio, “El Dominicano en el desierto”, entre otros.    

Estos impresos fueron los precursores inmediatos de “El Dominicano”, aparecido en el 1845 y fundado por Manuel María Valencia, José María Serra, Feliz María Delmonte y Pedro Antonio Bobea, y que se estima como el primer periódico que vio la luz después de instaurada Republica Dominicana.

Pero la gloria de “El Dominicano” no esta solo en su condición de haber sido “el primer esfuerzo periodístico verdaderamente serio de la primera Republica”, sino también por “haber sido el más activo y eficaz heraldo de la libertad y culturas patrias en los dramáticos días de su nacimiento”.

“El Dominicano” fue el primer periódico ilustrado dominicano.
         











CONCLUSION



La función principal de la prensa durante este periodo era la de hacer propaganda contra la ocupación; su contenido revelaban ideas separatistas y convocatorias a la revolución lo que la convirtió en un arma de ataque al gobierno imperante o en una presa de combate, por así decirlo. Aunque también había quienes expresaban simpatía por los haitianos.

El año de 1844, marca un nuevo despertar: nace la Republica Dominicana, abundan los impresos de todo genero y en 1845 aparece nuestro primer periódico republicano: “El Dominicano”.

La prensa clandestina producto de todos los tiempos, carente de libertad de imprenta prolifero especialmente entre 1842-1845. Los que sirvio como una palanca al periodismo dominicano.














BIBLIOGRAFIA



·        Los Medios de Comunicación en Republica Dominicana. Autor: Filiberto Cruz Sánchez.
·        La imprenta y los primeros periódicos. Autor: Emilio Rodríguez Demorizi.
·        El periodismo en la Republica Dominicana. Autor: Manuel A. Amiama.
·        Primeras Publicaciones desde la Colonia. Autor: Marcos Antonio Martínez Paulino.
·        Dieciocho Décadas de periodismo en la Republica Dominicana. Autor: Alberto Rodríguez y Rodríguez.
·        www.historiadominicana.blogspot.com/

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